Martes 9 de junio.
Nos encontramos en Ciudad Panamá con nuevos ánimos ya que el día anterior tuvimos una charla con Seaboard y logramos conseguir un descuento para subir a Laura al contenedor, ya que por más de una semana estuvimos dando vueltas entre la ciudad de Colón y Panamá City tratando de encontrar un barco que nos llevara por un precio menos agresivo, sin embargo esto no fue posible.
Tenemos el tiempo en contra ya que si queremos que Laura se embarque a Cartagena el día viernes tenemos que terminar los trámites de aduana y pagos de marina a más tardar el día de miércoles, sin embargo no todo está resuelto, aun tenemos que encontrar un barco que nos lleve a nosotros ya que el carguero no puede llevar personas; decidimos acudir a Causeway un club náutico en las afueras de la ciudad donde algunos trabajadores nos comentaron de un velero que parte a Colombia el día miércoles.
Los mismos nos facilitan el teléfono del capitán, emocionados por la noticia buscamos inmediatamente un teléfono con la esperanza de poder ver al capitán y pactar un precio razonable por llevarnos, sin embargo esto no es posible ya que el capitán no viajará en esto
s días, el nos da el teléfono de un amigo suyo que es muy probable que acepte llevarnos.
La encargada de realizar la llamada será Magali, que tiene un don natural para convencer a los hombres, mientras tanto Rodolfo y yo nos quedamos haciendo relaciones públicas, poco duró la espera cuando Magali muy emocionada nos grita desde la otra acera que el capitán a aceptado llevarnos a Colombia al siguiente día.
El resto de la tarde lo pasamos en casa de Andrés arreglando el equipaje y realizando los últimos trámites de aduana para el vehículo, los cuales por cuestiones de horarios no podemos terminar , lo que nos complica las cosas ya que al día siguiente tenemos que estar en Portobelo a las 8 de la mañana para hablar con el capitán y pactar la hora de salida.
Son las 5 de la mañana y no hemos dormido nada ya casa tenemos todo listo para partir, decidimos llevar el equipaje en dos viajes (ya que tenemos que realizar los trámites de aduana en Panamá City a medio día) primero las cosas que llevaremos con nosotros en el velero y en el segundo viaje lo que se embarcara con Laura en el contenedor, a las 6 en punto partimos al puerto, al encontrarnos con el capitán decidimos zarpar el día jueves por la mañana lo que nos da más tranquilidad a Rodolfo y a mí para realizar pagos y entregar a Laura en puerto Colon, dónde se embarcará con destino a Cartagena.
Dejamos las cosas y regresamos a Panamá, Rodolfo se queda en las oficinas de policía realizando los trámites, mientras yo me dirijo a casa de Andrés a empacar el resto de equipaje y subir el remolque a Laura, estamos corriendo todo el tiempo ya que sí no llegamos a el puerto de Colon antes de las 5 de la tarde no podremos dejar a Laura y eso complicaría todo el viaje, Rodolfo llega aproximadamente a las 3:40 y salimos de Panamá city a la 4:00, haciendo el viaje a colon lo mas rápido que podemos; llegamos al puerto justo faltando 10 minutos para las 5, una vez ahí Rodolfo y yo nos miramos y podemos sentir la felicidad del éxito en nuestros ojos, sin embargo no terminamos los trámites de aduana y el embarque es hasta hora y media después, finalmente le decimos adiós a Laura, dejándola en una nave donde será subida al barco el día siguiente.
Lo que queda de la tarde lo ocupamos en llegar a Portobelo donde nos encontraremos con el resto del equipo, 1 hora más en autobús desde la ciudad de Colón, ya con Toño, Magali, Tilson el capitán y Juan Carlos marinero cenamos algo y nos acostamos emocionados por la nueva aventura que nos espera mañana.
Javier
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Después de 7 largas semanas de buscar la manera de cruzar a Laura a Sur América, de buscar un carguero pequeño o algún pesquero que nos ayudará sin éxito, nos cansamos y decidimos embarcar a Laura con una naviera, la que escogimos fue Seaboard que nos brindó un 30% de descuento.
Por otro lado, nosotros conseguimos un viaje en el velero llamado Windsurf, desde el Portobelo a Cartagena y, dónde el Capitán es Tilson Truco, un jóven de Cartagena...
El viaje duró 3 días, el primer día transcurrió sin mayor complicación, nos golpeó una tormenta pero nada de que preocuparse. Al segundo día llegamos al archipiélago de San Blas, casa de los indígenas Kuna yala, un lugar de ensueños con más de 300 islas, dónde varias ya han desaparecido por la subida de las aguas producto del calentamiento global. Ahí compramos artesanías y un remo a unas indígenas que de manera muy amena compartieron con nosotros varios minutos.
En la mañana del tercer día salimos de San Blas con rumbo a Cartagena de Indias, Colombia. Ese día en la tarde empezamos a tener problemas con el motor del velero y por varias horas nos quedamos sin movernos, ya que no había viento que nos moviera. Hasta que ya casi al final de la tarde, nos respondió otro velero que tenía el mismo rumbo y, nos facilitó una batería para el motor para que puedieramos continuar nuestro viaje.
El domingo en la madrugada, llegamos a la hermosa ciudad que es Cartagena de Indias, no se imaginan la emoción que sentimos de tocar tierras sur americanas. Sólo nos quedamos preocuapdos porque Laura llegó unos días depués a tierra.
Luego les contamos más historias de Colombia...
Toño
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